sábado, 7 de abril de 2018

no saben que pensando en tu amor...


Me pareció verte bastante extrañada cuando te mencioné mi afición por las canciones tristes. Me miraste con unos ojos que no me conocían. Unos ojos sorprendidos ante este hombre al que conoces tan bien. Quizá no fue así, quizá sólo malinterpreté la forma como me mirabas. A esa hora ya estabas cansada, e ir a la Ciudad de México siempre agota, desde los ojos hasta el corazón.

Aunque quizá sí sea como en ese momento creí, porque me puse a darte ejemplos de canciones que me llenan y a tratar de explicarte esta afición por los acordes tristones y pesarosos, y no me detuviste diciendo que ya lo sabías como otras veces haces, quiero pensar que más por hacerme saber que me escuchas cuando te cuento mis cosas que por mostrar apatía ante lo ya escuchado.

Unos días después vino a mi mente esa charla en la espera del metro, esa sorpresa mía ante tu desconocimiento mío: tu extrañeza. 

Cuando estábamos juntos, esas canciones tristes se limitaban a pasar lista en mi repertorio, están ahí porque son mías, pero estaban relegadas por las del amor bonito, esas que a veces me mojan los ojos aunque yo no quiera: Te lo pido por favor, ¿te suena? Mi vida. Lo pasado pasado, Abrázame muy fuerte, Si quieres, Amor del bueno (la del cuchillo y la mantequilla), ¿Tú de qué vas?Amanecí en tus brazos, Cuando sale la luna y varias más.

Tendré vocación por la tristeza pero también soy un cursi, amor mío. Y era un cursi enamorado. Eso sí lo sabes perfectamente.




pequeño homenaje a don José
y a mi canción predilecta.

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